Cada hablante podrá pensar que su lengua es la más melodiosa, atractiva o efectiva. Siempre tenderá a describirla con valores positivos porque es difícil que alguien no ame su más fiel herramienta de hacer contacto consigo mismo y con el entorno, desde niño.
Es como amarse a sí mismo
Pero hay criterios y encuestas que han asomado que algunas lenguas son más bellas sonoramente que otras. Entre las mejor puntuadas están aquellas que prefieren las sílabas abiertas, que son las que terminan en vocales. Las que, si no terminan en vocal, privilegian las consonantes fricativas, que son las representadas por la f, z, y, s, y j (c y g en algunos contextos). Pero no las que terminan con frecuencia en consonantes oclusivas, representadas en p, b, t, v, d, c, y k (c y g en algunos contextos) son las peor valoradas.
Es como si la musicalidad de la lengua se asociara a la libertad de ella, y los fonemas oclusivos retienen el sonido, lo apresan.
Hablantes del francés, del portugués, o del italiano son asociados con sensualidad, justamente por las curvas de entonación de los idiomas que hablan. Las curvas siempre son símbolos de sensualidad.
Se dice que el francés es romántico, el portugués es sensual y el italiano es musical, no en vano en este último se canta la ópera.
Y sí, estos tres idiomas se alternan entre los tres primeros lugares en todas las referencias críticas de los lingüistas y de opinión de los hablantes. Son idiomas con más amplitud de registros y cadencias, con acentos de mayor contraste, con alargamientos vocálicos, con vocales más abiertas y orales, con armonía y ritmo. Así hablan los estudiosos.
Los usuarios dicen que son profundos, suaves, precisos, elegantes, musicales, y que además son contagiosos.
¿Y el español? Pues sí, es también de las más bellas.
Es la cuarta lengua que se alterna con las otras tres entre esos tres lugares principales, incluido el primero en algunos ránquines.
Pero le español tiene una cualidad adicional. Es mucho más universal y al mismo tiempo tiene cantidad de variedades.
Les digo a mis alumnos que el español es como el ser humano: único y a la vez diverso. Eso los tranquiliza cuando escuchan acentos tan disímiles.
Desde español colombiano, delicioso como una bandeja paisa, hasta el valenciano, colorido como la paella más conocida en el mundo, el español, cualquiera que sea su variedad dialectal, se expande tan rápido como una pandemia lingüística.
Cada vez más hablantes anglos quieren ser contagiados por la sonoridad y funcionalidad del español, y quieren conocer hispanos y participar en sus comunidades. Les resulta atractivo y curioso la entonación del español y quieren también asimilarla.
La entonación habla por la persona sobre su región de origen, su personalidad, su estado afectivo, su intención expresiva. La entonación pone a cantar la lengua y a bailar al hablante.
Quieres tú hablar la lengua más sexy, romántica, musical y universal del planeta.
Habla español.